Tengo una amiga que… ¿baila sola o baila con lobos?  Como ya habrás sospechado, con lobos no me refiero a depredadores de discoteca, sino a otros mucho más peligrosos y menos palpables. Lobos que aparecen y desaparecen en nuestras cabezas, lobos que rodean a nuestras ovejas sin que nos percatemos que están ahí, ¡con lo fáciles que son de ver en el trastero del vecino!

Hay gente ya experta en cerrar los ojos ante cualquier detalle que les advierta que están bailando con lobos. Esas fieras les ayudarán a encontrar explicaciones que les satisfagan y les permitan seguir su baile:

– Es que el patio está muy mal – Es que yo no quiero perder mi libertad – Es que soy  muy independiente – Es que yo soy distinto/a y no me dejo presionar por la sociedad convencional  – Es que miro a mi alrededor y solo veo parejas infelices quejándose  – Yo bailo solo/a porque quiero y de hecho si pudiera haría que todos lo días fueran como un domingo lluvioso…

Me parece innecesario tener que rebatir este puñado de tópicos que seguramente todos habremos utilizado en algún momento. Nuestro cerebro construye argumentos que nos parecen sólidos y los acompaña de ejemplos coherentes con ellos. Por ejemplo, el mundo está lleno de parejas insatisfechas que se lastiman y de parejas que se adoran y se hacen la vida más agradable. Pero de manera consciente o inconsciente nuestro cerebrito va a manipular la realidad reduciendo las parejas que se adoran a pequeñas excepciones de película de Hollywood y ampliando las insatisfechas a una gran mayoría de amargados/as conformistas. Esta estrategia nos ayuda a sentirnos mejor pero a la vez nos impide ver la a veces cruda realidad. El tener una vida intensa, con libertad, con sexo, con objetivos, con pasión etc., no depende de tener pareja o estar soltero, sino del tipo de relación que se establezca y los pactos creados con el otro/a o con uno mismo.

Los  motivos por los que los singles se multiplican seguro que son muchos y muy dispares,  pero a mí me ocupan especialmente los que bailan con lobos. Lobos de procedencias, edades y tamaños muy distintos, miedos presentes en nuestro día a día y en nuestras decisiones:   Nos asaltan anteriores experiencias no superadas / Nos descarta de antemano nuestra propia falta de autoestima  / Nos aterra  sufrir si el amor no es correspondido poniendo en peligro nuestro omnipresente ego  /  Nos espanta exponer nuestra aparente seguridad, nuestras carencias y nuestras sombras  /   Nos inquieta mostrarnos frágiles ante la mirada del otro  /   Nos encrespa  perder nuestro iluso control sobre la  vida  / Nos horroriza la posibilidad de rompernos  y no ser capaces de reconstruirnos.

De lo que no nos damos cuenta es de que puede que nuestros lobos se hagan dueños de nuestro baile y estemos cometiendo el mayor de los riesgos,  que es mirar nuestra danza desde la resguardada quinta fila.  Vemos bailarines que se lesionan, otros que saltan, se caen y se levantan, otros que se mimetizan de forma natural, otros fuerzan su conexión,.. Nos auto convencemos de que nosotros estamos más seguros y  en cierta forma es verdad, difícilmente nos lesionaremos sentados en la butaca pero tampoco vamos a brillar como Judy Garland en El Mago de Oz. Y no me refiero a brillar para otros sino para ti mismo/a, tú eres el máximo interesado en hacer que tu baile sea el más vivido y verdadero de los posibles, como dijo Charlie Chaplin: La vida es una obra de teatro que no permite ensayos…Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos.

Ámate a ti mismo para poder amar a alguien. En algún lugar leí que no hay amor suficiente capaz de llenar el vacío… de una persona que no se ama a si misma. Quiérete, cuídate, respétate…  permítete vivir la vida. No es nada ecológico dejar pasar los posibles momentos bellos que la vida nos ofrece. Suelta a tus lobos, es mucho más alto el precio de quedarte mirando cómo pasan los trenes,  que el pago de algún peaje del camino.

“Al final lo que queda es abrazarse, confiar en el otro, amar y dejarse amar en medio de la balancera que es la vida”    Fito Paez.

Aida Blanco

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